viernes, 28 de noviembre de 2008

…Y con el veranito llega la playa, las piscinas, las camisetas de tirantes, las que enseñan el ombligo… el pasado mes de junio una mujer murió tras un implante de pechos debido a una complicación durante la operación y mi pregunta es: ¿De veras merece la pena jugarte la vida para verte más guapa/o?

Nuestra sociedad nos enseña que la apariencia lo puede todo, chavales y chavalas de catorce y quince años aún sabiendo que van a tener problemas en casa, que van a gastar un dinero que no tienen y que sabe a rayos, comienzan a fumar cigarrillos porque algún viejo cliché dice que eso te hace aparentar ser más mayor. Poco importa que el aliento te apeste, que amarillee tus dientes, que te haga ser adicto o que pueda llegar a matarte al provocar una de las enfermedades más terribles y dolorosas que se conocen como es el cáncer… da apariencia.


Si estás gordo tienes un problema, si no vistes de marca tienes un problema, si no tienes tetas tienes un problema, y todos estos problemas no sólo nos frustran y nos hacen ser infelices, si no que consiguen que nos olvidemos de las cosas que en realidad importan.


No seré yo quien diga que la apariencia no es importante, lo es, pero nunca debería serlo más que el fondo. Es algo parecido a lo que ocurre con la música, una canción bien hecha puede entretenerte y hacerte pasar buenos ratos, pero si está vacía nunca llegará a tocarte el alma. La historia nos habla del enorme genio de personas como Newton, Vivaldi, Copérnico o Cervantes, pero nadie recordará a la Playmate de julio del setenta y uno… el envoltorio es importante, pero caduco. Ser el más (O la más) popular del garito, sólo durará hasta que llegue otro y te arrebate el puesto, sin embargo si te ganas el corazón de alguien te pertenecerá para siempre.


El verano comenzó, pongamos nuestros cuerpos guapos, pero no olvidemos hacer lo mismo con nuestros espíritus.

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Todos buscamos la perfección, pero muy lejos estamos de ella.