Cierra puertas y ventanas que el mismisimo cielo pondrá una sucursal en el septimo piso a las once cincuenta, mientras duren los besos y pemita el reloj. Cierra puertas y ventanas que en noventa minutos habrá que compensar las caricias que caben en los huecos que dejan los encuentros furtivos y la soledad.
martes, 24 de marzo de 2009
Cierra puertas y ventanas que el mismisimo cielo pondrá una sucursal en el septimo piso a las once cincuenta, mientras duren los besos y pemita el reloj. Cierra puertas y ventanas que en noventa minutos habrá que compensar las caricias que caben en los huecos que dejan los encuentros furtivos y la soledad.
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Todos buscamos la perfección, pero muy lejos estamos de ella.

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